El corazón nunca duele, él solo siente sin preguntar, él late cada segundo para hacerte
saber que tú eres importante.
Son tus emociones en forma de pensamientos los que te duelen, porque deseas algo o porque perdiste algo y él sigue latiendo en ese lenguaje encriptado que sólo tú sabes entender.
Un lenguaje intrínseco que tú creaste desde el primer latido, antes de sentir, antes de ver,
antes de oír y antes de pensar.
Solo tú tienes la capacidad de interpretar sus mensajes en forma de eco expansivo que
recorren todo tu cuerpo.
Solo tú eres responsable de sentirte diferente, cuando tus pensamientos abandonen tus
latidos llenos de vida.
Él hace todo por tí aún cuando estás durmiendo, se expande, se contrae y esa es su forma
de abrazarte, te da libertad para que tú aceleres su forma de abrazar.
Una veces más rápido otras más lento, más intenso y más suave.
El corazón no duele si no te dañas.
El corazón no duele si te dejas abrazar.
El corazón no duele si te piensas bonito.
